Memoria Organoléptica
(2018)





Esculturas en yeso y geltina sin sabor sobre madera. Dibujos en grafito sobre papel (Medidas variables)
Morir es un acontecimiento que pareciese citar el “fin”. Sin embargo, a su vez despliega otras posibilidades prolíficas de ser: alimento, morada, desecho, pensamiento, recuerdo, imagen, entre otros; La inutilidad del deceso corporal se diluye cuando se convierte en algo para otro, tal como lo menciona David, personaje principal de la novela La luz difícil del escritor colombiano Tomás González, que en su quehacer pictórico ligado a sus memorias, acerca de la muerte de su hijo, piensa que: -“todo lo que abandona el hombre se deteriora y empieza a ser otra vez (…) bello”- (González, 2011, p. 19) refiriéndose a lo que acontece con los caparazones de los cangrejos de herradura muertos que reposan al lado de objetos olvidados en las playas de Coney Island, un atractivo paisaje para su pintura.
A partir del fallecimiento de mi padre, Roberto Romero Reyes, surge el ejercicio y la necesidad de generar imágenes a través de sus “inservibles” pertenencias: un libro de dibujo artístico con expresiones subrayadas de manera rigurosa y muchísimas cartas que revelan su devoción progenitora. Memoria organoléptica hace referencia al banco de propiedades físicas y específicas que un individuo o animal puede tener del cuerpo, de la vida, de su entorno; es por ello que se establece un diálogo entre la materia (escultura) y la memoria (dibujo).
González, Tomás. La luz difícil. 2011. Bogotá, Colombia: Alfaguara