En mi proceso de creación artística ha primado, desde exploraciones empíricas hasta las realizadas en la académica, la representación y referencia al animal a través de la imagen.

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Partiendo de la literatura infantil de autores que conocí en mi infancia como Keiko Kasza, en paralelo con los planteamientos de pensadores alrededor del arte y de la imagen como John Berger, Steve Best y Giorgio Agamben, surgen mis actuales intereses para cuestionar la imagen humanizada del animal y, a su vez, la manera en como esta permea las relaciones y construcciones sociales/culturales que se desarrollan entre humanos y animales.

 

Inicialmente, el ejercicio de representar al animal lo empleaba como una estrategia de catarsis hacia los primeros duelos de animales que presencié en mi núcleo familiar – una especie de luto a aquellos personales animales con los que había crecido-. Posteriormente, el tener contacto en casa con un animal real mucho más cercano a la presencia del humano, el perro, empezó a tejer otras reflexiones en torno a la manera en que los humanos construyen su «naturalidad» y la de otros animales.

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Actualmente, a partir del deceso de mi padre Roberto Romero Reyes (1956 – 2017) mi exploración visual y plástica ha pasado a convertirse en un manifiesto de pensamientos alrededor de un acontecimiento simultáneo entre humanos y animales: la muerte -retomando mis intereses iniciales-.

 

La experiencia en el ejercicio artístico me ha llevado a configurar propuestas visuales que tejen un discurso entre mis primeras imágenes como estudiante hasta las más recientes, en las cuales el animal es generador de reflexiones como aquel retorno a las imágenes primigenias del arte (Como lo mencionaría John Berger en su ensayo ¿Por qué mirar a los animales?) y a pensar qué tanto influye en nuestros primeros años de vida conocer el animales como una vía de sociabilidad, tal como se emplea en el imaginario infantil.

 

Este planteamiento final lo he venido explorando en el entorno laboral en el que me encuentro actualmente, la docencia ofrecida a niños, niñas y jóvenes a la par de mi actividad como artista, donde he llevado al aula de clase algunas de mis propuestas plásticas como herramienta para invitar a reflexionar a mis estudiantes acerca de las construcciones sociales y culturales alrededor del humano/animal.

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Málory Romero Tovar